¿Por qué se ataca a la nueva Pdvsa roja rojita?

Por Rafael Ramírez/Embajador de Venezuela en la ONU

I Parte

La Nueva Pdvsa se caracteriza por su fuerte contenido popular, su compromiso con la Política de Plena Soberanía Petrolera, su subordi-nación al Estado y servicio al país.

Probablemente, Pdvsa y Nuestras Fuerzas Armadas fueron las únicas instituciones que se transformaron radicalmente producto de la derrota de dos complejas y violentas acciones de desestabilización adelantadas por los factores de oposición en contra del Presidente Chávez: El Golpe de Estado y el Sabotaje Petrolero. 

De esas batallas, profundamente vinculadas entre sí, emergieron victoriosas la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y la Nueva Pdvsa Roja Rojita. 

No es casual que estas dos instituciones hayan sido y sean objeto de  agresión contra el país, ambas están vinculadas al ejercicio pleno de nuestra soberanía. Así, la Política de Plena Soberanía Petrolera y la Doctrina Militar Bolivariana se pudieron desarrollar como un legado del Presidente Chávez. Por otra parte, estas dos nuevas instituciones permitieron estabilizar y desarrollar el programa de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales de la Revolución Bolivariana. 

Para los que tengan corta memoria o a las nuevas generaciones, probablemente le resulte difícil imaginar cómo eran estas instituciones antes del Presidente Chávez, habría que extenderse más en este tema para poder valorar en su justa dimensión estratégica la transformación de las mismas. 

Me corresponde hablar de la Nueva Pdvsa, pues tuve el honor de ser Ministro de Petróleo durante doce años y su Presidente por diez años. Hay que decirlo con claridad, nuestra Nueva Pdvsa, fue inspirada por el Presidente Chávez. La derrota del Sabotaje Petrolero fue una batalla popular, donde nuestros trabajadores, técnicos y gerentes patriotas, restablecieron las operaciones con el apoyo y acompañamiento de las instituciones del Estado, Fuerzas Armadas, voluntarios, jubilados y del pueblo que se volcó a nuestras instalaciones a defenderlas. 

El Presidente Chávez dirigió personalmente esta batalla, desde su puesto de comando en Miraflores, donde nos instalamos junto al resto del grupo “Colina”. El Presidente hablaba personalmente con los trabajadores que estaban al frente de la batalla, con los Ministros, coordinando la respuesta del gobierno. Luego, nuestro despliegue a las distintas áreas operacionales, el grupo “Colina” al frente de las operaciones, recuperando las instalaciones una a una, con un estrecho acompañamiento de los factores de la revolución y del pueblo, en una gesta verdaderamente heroica, donde el Presidente Chávez reconoció el patriotismo de nuestros trabajadores y militares en cada una de las instalaciones que se iban liberando, a la vez que desplegó una intensa campaña política y comunicacional para explicarle al país todo el proceso de normalización y las causas y motivaciones del Sabotaje, un acto tan lesivo a los intereses nacionales. 

Fue una batalla sin mezquindades, sin protagonismos, unitaria. En las peores condiciones económicas, solo producíamos 23 mil barriles diarios de petróleo, suspendidas las exportaciones, sin dinero, sin gasolina, sin gas, con el paro de Fedecamaras y la constante incitación a la violencia de los medios de comunicación y los factores de la oposición, los mismos que hoy nos agreden, el pueblo estaba resteado con Chávez. Se impuso la pasión revolucionaria, las razones sagradas para luchar y la determinación de vencer. 

Fue una extraordinaria lección política la que dio el Comandante Chávez y nuestro Pueblo a la extrema derecha y al imperialismo.