La línea roja por Rafael Ramírez (II parte)

Rafael Ramírez / Embajador ante las Naciones Unidas

La Constitución y el desarrollo de sus leyes, sobre todo las habilitantes: la Ley Orgánica de Hidrocarburos, la Ley de Tierras, entre otras, la convirtieron en el marco de la refundación de la Patria y en el centro de la confrontación política en el país. Sufrimos un golpe de Estado, nuestro pueblo salió y murió en la calle, en Puente Llaguno, en defensa de la Constitución; sufrimos el sabotaje petrolero, porque nuestra Constitución reserva el Petróleo como propiedad del Estado, del Pueblo, porque evitó la privatización de PDVSA;  nuestros obreros petroleros derrotaron el sabotaje y luego nacionalizamos la Faja por la Constitución; asumimos el control del petróleo, enfrentamos a las transnacionales más poderosas y agresivas del mundo, como la Exxon Mobil y la Conoco Phillips, en cumplimiento de nuestra Constitución; hemos enfrentado juicios internacionales por recuperar nuestra soberanía, porque así lo establece nuestra Constitución. El Comandante Chávez, de manera permanente, la esgrimía, la mostraba al mundo, logró que el Pueblo la conociera, la amara y al final, luego de tanta lucha, fue aceptada por todos como el libro de la Patria, la Constitución de todos. Le ha dado estabilidad y gobernabilidad al país, son las reglas, es el pacto social que nos ha permitido avanzar.

Se convoca a un proceso Constituyente para resolver una situación política que no tienen su origen en la Constitución. Si lo que se quiere es abrir un espacio para destrancar el proceso político y derrotar la violencia, tenemos que asumirlo entendiendo que ese es el objetivo y no otro, por lo que se debe establecer una línea roja, la línea de Chávez, para proteger los fundamentos de nuestra Carta Magna. Existe un riesgo, puesto que la situación política y la correlación de fuerzas son completamente distintas a las que prevalecían en el proceso constituyente de 1999, debemos impedir que se produzca un retroceso. Nuestra Constitución no puede desmejorarse en ninguno de sus aspectos fundamentales. Muy probablemente el esfuerzo constituyente tendrá que enfocarse en darle rango constitucional a los nuevos actores políticos-sociales que no existían en su momento: las Misiones, los Consejos Comunales y otras organizaciones que han ampliado y enriquecido el Poder Popular y deben tener carácter Constitucional; en lo económico, nuevas formas de participación que permitan empoderar al Pueblo como sujeto económico, ampliar la socialización de los factores de la economía, ampliar el rol del Estado, pero no sacrificar, por ningún cálculo político, ni decisión táctica, los elementos estratégicos de la Constitución de Chávez.

No permitir bajo ninguna circunstancia que perdamos el control del Petróleo o de PDVSA, no disminuir la reserva al Estado de estas actividades fundamentales para la posibilidad de desarrollo económico-social del país, de la soberanía, la independencia, del socialismo. Los Constituyentistas, dependiendo de cómo quede conformada la Asamblea Constituyente, tendrán que resistir de manera firme el embate de las transnacionales, ellos acechan, están detrás de la desestabilización para apropiarse de nuestros recursos, de nuestra empresa, para el saqueo. Los obreros petroleros, los patriotas, tienen que impedir que perdamos, debilitemos o de cualquier manera cedamos el control del sector petrolero o de PDVSA, esa es una de las líneas rojas de Chávez.

La Asamblea Constituyente es un paso arriesgado, es una gran responsabilidad histórica, se abre una rendija por la que pueden colarse elementos que den al traste con nuestra Revolución. Confío en que se imponga la cohesión y claridad de las fuerzas Bolivarianas. Los Constituyentistas tendrán que preguntarse de manera permanente: ¿Pasamos la línea Roja? ¿Dónde esta Chávez? ¿Dónde está el Socialismo?

Mientras ese proceso se desarrolla, hay que combatir y derrotar la violencia desatada por los sectores de la oposición más irresponsables y violentos. Está emergiendo el fascismo, ya de forma estructurada. El huevo de la serpiente, donde se pueden observar conductas y acciones violentas que prefiguran lo que sería este país, si estos grupos acceden al poder. No me queda duda, sería un salto al vacío e iremos a una confrontación de gran escala y un profundo proceso de desestabilización. No vamos a permitir que se arrase con nuestras conquistas y que nuestro Pueblo sea sacrificado por el fascismo, ni por una intervención extranjera.

Los organismos competentes tienen que actuar con severidad para sancionar los hechos de violencia, vengan de donde vengan, así como a quienes los están estimulando; a los alcaldes, diputados y dirigentes irresponsables que instigan la comisión de delitos a personas que, tras una capucha, están cometiendo hechos de violencia criminal y buscando provocar más luto y tragedia, sobre todo entre los jóvenes. Estos dirigentes de la oposición, irresponsables y cobardes, están instigando a la violencia, porque a ellos solo les interesa sumar víctimas a una macabra estadística de muerte para pedir una intervención extranjera, como lo están haciendo ante otros gobiernos e instancias internacionales.

Nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas, profundamente conscientes y Chavistas, tienen un rol histórico que desempeñar como garantes de la paz y de nuestra Constitución, de preservar la tranquilidad y seguridad de nuestro Pueblo, nuestra sociedad, siempre en el marco de la ley y las garantías ciudadanas, preservar la integridad de nuestra soberanía. Saludo a todos los soldados y oficiales de la Patria.

Son momentos aciagos y complejos para nuestro país, para nuestro Pueblo. Se convoca al Poder Constituyente, entramos a una zona de riesgo, donde todo está en juego. Los Constituyentistas de la Patria, del Poder Popular, tienen que conocer la línea roja trazada por Chávez que no debemos cruzar. Confío en que sepamos defender el Legado de Chávez, porque de eso depende la paz y el futuro de nuestro Pueblo, de nuestra Patria ¡Venceremos!